Es una pregunta que jamás me había preguntado y, aunque ya he visto que se ha tratado algo en otros blogs, no me gustaría dejarlo pasar.
Es curioso, siempre solemos decir: “Ha pasado tan rápido que ni lo he visto”. Parecería una tontería decir: “Estaba tan quieto que no lo he podido ver”.
Parece algo absurdo, pero es un tema que se trató en el último capítulo de Redes sobre Magia y Neurociencia.
Consiste en lo siguiente: Una rana no ve una mosca que está en reposo, tan sólo la puede ver cuando se mueve. La rana no ve la mosca que está quieta en la pared porque la rana no está moviendo los ojos de manera constante como lo hacemos los humanos y los primates. Cuando la mosca echa a volar, la rana sí puede percibirla. Nosotros podemos percibir la mosca porque, a pesar de que la mosca está quieta, nosotros no dejamos de mover los ojos. Incluso, cuando creemos que estamos fijando al mirada lo más que podemos, el ojo se sigue moviendo muy poco y constantemente y, aunque no se puede ver a simple vista, estos movimientos se pueden detectar en el laboratorio. De hecho, si consiguiéramos eliminar todos estos movimientos del ojo dejaríamos de ver, y sólo seriamos capaces de ver cosas que se mueven. A estos movimientos tan pequeños y rápidos se le llaman microsacadas y duran entre 20 y 800 milisegundos. Necesitamos movimiento para ver, si el mundo no se mueve, la única manera que tenemos de ver objetos estáticos es moviendo nuestros ojos.
En definitiva, es el movimiento el que permite al cerebro procesar la información visual. Que los ojos se muevan es la manera de que la neuronas no dejen de recibir el estímulo mostrándose siempre activas. El cerebro se aburre con las cosas en reposo por lo que si hay un objeto en movimiento se fijará en él.
Y es que casi siempre la pregunta que parece más absurda e intranscendente es la más interesante.
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